Quién ríe último, ríe mejor.

Enhorabuena. Has conseguido que te odie. Has hecho que quiera olvidarme de todo lo que hemos pasado juntos, de todo.
La verdad no es que yo quiera, pero tú me estás obligando a ello. Con tu orgullo no llegas a ninguna parte sabes? Nada de lo que hagas es suficiente como para volver a llorar por ti. Creo que ya me has dejado claro el tipo de persona que eres, y espero que te des cuenta de que no vales nada, de que no llegarás nunca a ser ni la mitad de todo lo que yo pensaba que eras. Me encantaría que hubieras sido tú el que llorase por las noches, el que no durmiera porque añoraba los besos que un día le hicieron vivir, el que quisiera que volviese el pasado y recuperar a la persona que le hacía sonreír. Siempre has tenido lo que has querido en el momento que lo querías. Has vivido acostumbrado así toda tu vida, a decidir tú cuando, como y donde acababan las cosas. En estos temas, siempre has dejado mucho que desear, tú mismo me decías que siempre habías sido un cabrón con las tías. No sé porque estuve tan ciega de pensar que conmigo no ibas a serlo…
Me decepcionaste. En un solo momento me di cuenta de que la mayoría de lo que habíamos vivido fue falso. Que tus “te quiero” y tus “siempre princesa” habían quedado muy lejos de nosotros. Jugar con los sentimientos de alguien es hacer daño. Decirme que me quieres una noche antes de soltarme un “mejor lo dejamos” creo que dejo muy claro todo. Ah, olvidaba decir que jamás encontraras a otra que te aguante tanto como yo, que te quiera tanto como yo, que te consienta tanto como yo… es sencillo. Aun no ha nacido otra que pueda igualarme. Y lo mejor de todo.. es que tu lo sabes.